Cuando hablamos de riesgo de exclusión en jóvenes, nos referimos a adolescentes y niños que viven en una situación conflictiva (en ocasiones múltiple), especialmente en zonas desfavorecidas y /o marginales y que pueden ir desde personas que han abandonado los estudios, hasta hijos de inmigrantes que no han llegado a integrarse en su entorno, jóvenes de familias desestructuradas, huérfanos, abandonados, incluso jóvenes que se prostituyen, consumen drogas o delinquen.
El perfil de vulnerabilidad social con riesgo de exclusión es el de un chico o chica de entre 13 y 25 años, procedente de una familia fragmentada con muy bajo nivel socioeconómico y con un fracaso escolar y personal grande, que se suma a una indefensión para enfrentarse al aprendizaje, a las relaciones sociales, al control de las situaciones en general. Estos jóvenes, además, suelen carecer de habilidades para el éxito y de modelos de comportamiento adecuado; pero con lo que sí cuentan es con una “educación” en la calle, donde han adquirido roles sociales agresivos como la ley del más fuerte, y con experiencias en el consumo de drogas y alcohol.según publicó la Asociación Cultural Norte Joven.
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