La Educación de Calle
¿Qué es la calle?, ¿quiénes pasan en la calle una gran parte de su tiempo?, ¿qué vivencias se dan en la calle?, ¿qué hacen en la calle niños y jóvenes?, ¿qué abunda y qué sobra?, ¿puede ser la calle un ámbito educativo?...
Cada vez más se conoce y reconoce la importancia y la función que desarrolla el Educador Social en la calle, entre los chicos y jóvenes en situaciones de marginación e inadaptación social, aunque también se apuesta ya por la prevención desde edades tempranas o con otros colectivos en situación de riesgo.
La figura callejera de este educador en medio abierto es esencialmente humana, educativa y solidaria, con una amplia tarea que realizar, desde los contactos con la Administración y sus recursos hasta la convivencia cotidiana con los chavales en las escaleras de cualquier patio.
Su modo de relacionarse vendrá dado por sus propias peculariedades y las circunstancias concretas de las personas entre las que está y con las que va a trabajar. No existen límites para su creatividad, por lo que se requiere un alto grado de flexibilidad, improvisación, imaginación e ilusión. De ahí que al educador social deba ser un animador optimista, seguro y dado a las relaciones interpersonales. Pero sobre todo deberá ser una persona abierta a la formación permanente, un autodidacta, capaz de superar la ignorancia que lleva a algunos educadores a repartir recetas mágicas con total impugnidad.
Así, pues, el educador social, irá contrastando lo que aprende, lo que dice , lo que experimenta y vive para poder elaborar sus propias conclusiones. Y después servir de interlocutor de chicos marginados, temidos muchas veces, para ayudarles a reflexionar y hacerles de puente por el que buscar soluciones.
Antes de ejercer como tal, el educador debe conocer, entre otras:
-Las motivaciones que le impulsan a elegir esta profesión.
-Lo qué significa ser Educador de Calle.
-Los destinatarios de su trabajo.
-Las dificultades que encontrará.
-La metodología de intervención.
ANIMACION, SERVICIOS EDUCATIVOS Y TIEMPO LIBRE